En un primer momento nos invitaron a unirnos en un rumbo común en busca de un tesoro desconocido, para lo que formamos grupos con los que compartir la experiencia.
Esa misma noche, un cluedo en el que nos convertimos en investigadores, oración para darle gracias a Dios por los vivido, y a dormir. Por la mañana empezamos con un rico desayuno y la limpieza del lugar entre todos, cada grupo con su responsabilidad.
El día estuvo lleno de juegos encaminados a encontrar ese tesoro tan ansiado. Primero, por grupos se entrenaron y prepararon físicamente, luego se formaron 2 grandes equipos que compitieron en juegos de estrategia y, ya después de comer, tuvimos un ratito más relajado con talleres de supervivencia, donde aprendimos a hacer vasos para beber con 1 simple folio, y pulseras de diferentes tipos.
Tras esto, como todo buen pirata que se precie, aprendimos a manejar el agua. Aunque acabamos un poco mojados, fue un rato bastante divertido en el que lo fundamental era trabajar en grupo.
Tras secarnos, una reunión de grupo para ahondar un poco más en la búsqueda del tesoro y reflexionar sobre nuestra vida diaria, cenita y un juego nocturno bastante entretenido, antes de hacer la oración y dormir.
La mañana siguiente tocó limpiar todo el campo, dejándolo incluso mejor de como nos la habíamos encontrado, tal y como nos gusta hacer en los JOS, un pequeño manantial donde descubrimos que el tesoro realmente hemos sido nosotros, ya que djeamos huella en las personas que nos rodean, y de nosotros depende que esa huella sea positiva, y culminamos con la entrega de camisetas que nos permita recordar todo lo vivido.
